SAFO

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viernes, 21 de octubre de 2011

El Arqueologo del Futuro

Año 2500 DC. Durante los últimos siglos La Tierra sufrió guerras nucleares, calentamiento global, enfriamiento global, entibiamiento global... Mientras tanto los robots hacían el trabajo que antes hacían los pobres: recoger la basura, manejar los medios de transporte y limpiar las calles y las casas de los pocos que viven humanamente.
La humanidad había progresado en muchas cosas -ya había colonizado la Luna y Marte- pero había involucionado en muchas otras -había agotado todos los recursos naturales de la Luna y Marte-. Por eso, para estudiar los errores de los cinco siglos anteriores (y de paso ver si se lograba obtener un nuevo recurso natural), el Gobierno Mundial había ordenado la construcción de ciborgs que investigaran las huellas del pasado. Ellos serían los arqueólogos del futuro, mitad hombres, mitad máquinas.
Pero el presupuesto mundial no alcanzaba para construir tantos, ya que los ministros habían gastado los fondos públicos en sus vicios personales, por lo tanto se decidió hacer sólo dos robots.
Uno de ellos fue llamado “Excavador 01 y tenía la misión de ir a la parte mas desolada del planeta para socavar información de cómo vivían sus pobladores hace unos 500 años. Este territorio era un lugar que habría sufrido terremotos, glaciaciones, políticos corruptos, y otras catástrofes de igual magnitud. Aquello era lo que antes se había llamado Argentina.
Una vez construida la parte robótica del Excavador 01 necesitaban un humano para terminar el modelo final, así que el gobierno eligió al ser mas apto para realizar estas tareas. Sus parámetros de elección fueron: que no le moleste ensuciarse, que le guste rondar en las ruinas y que se queje lo menos posible. Finalmente eligieron al primer vago que pasaba por afuera de la fábrica. El sujeto tenía barba de dos semanas, una camisa medio sucia, pelo largo sin lavar y un pantalón de moda en el siglo XXI.
Unos días después que el Excavador 01 fuera terminado, necesitaron ponerlo en acción, pero antes de eso le dieron directivas imprescindibles: la primera era que si, por esas casualidades, encontraba Nutrilium (el mineral mas importante en esos momentos, útil para poner en funcionamiento todas las máquinas que hacían lo que no hacia el hombre) él debía avisar al estado dueño de las licencias de la mayoría de los robot, Los Estados Desunidos, sin despertar sospechas de la Unión Europea Soviética. La segunda directiva consistía en que todos los artefactos que encontrara debía limpiarlos y analizarlos en el momento, para ello el Excavador 01 tenia consigo una espátula en la mano, un pincel y una computadora que analizaba los materiales, la parte humana solo estaba para usar estos aparatos. Y para terminar, la tercera directiva establecía que el Estado no se hacia cargo de los viáticos, las comidas ni las reparaciones que pudiera necesitar el robot. Para realizar estas cosas el Excavador 01 se tenia que arreglar por si mismo.
La nave despegó desde el viejo Cañón del Colorado y se dirigió al árido desierto de las Pampas, donde se detuvo a medir la radiación y calcular cuánto tiempo soportaría el excavador fuera del módulo. Después de detectar que la radiación era casi imperceptible, se desprendió de la nave una cápsula que contenía al Excavador 01. La misma cayó a tierra y aminoró el golpe destruyéndose completamente, pero haciendo que el excavador pueda salir, casi intacto, y empezara a trabajar.
Lo primero que hizo el robot-arqueólogo fue analizar el terreno en su computadora, la cual le decía que la zona en donde podía encontrar restos de civilización se ubicaba 30 kilómetros hacia el norte. Así que el excavador sacó sus propulsores y se dispuso a encender las turbinas para dirigirse rápidamente al sitio, pero el Gobierno Mundial no había presupuestado eso en su kit de herramientas y el propulsor no estaba construido, aunque en los papeles figuraba que sí. Después de caminar los 30 kilómetros el excavador llegó al sitio y, entre lagos congelados y edificios destruidos completamente por las inclemencias del tiempo, observó las ruinas del objeto simbólico de los pobladores que moraban estas tierras hacía tiempo: una especie de monolito blanco con leyendas escritas en su parte baja y una ventana en su parte más alta. Quiso saber para qué era utilizado este objeto y, con ese fin, sacó un pedazo de su estructura; además lo describió y puso toda esa información en la computadora, la cual arrojó un único resultado: “objeto inútil”.
El excavador siguió caminando buscando otro monumento significativo y se encontró con algo peculiar... Se trataba de una estructura edilicia de la que en su parte superior  sobresalía un domo en el que se leía la leyenda “Congreso de la Nación Argentina”. El excavador tomó una muestra de uno de los asientos en el interior del edificio y gracias a la computadora sacó la conclusión de que nunca fue usado, sólo estaba de adorno, igual que el monolito que había visto anteriormente.
Después de entender que esta civilización era medio perezosa, el excavador se sentó en la terraza de otro edificio antiguo y deglutió su comida prefabricada con gusto a pollo. Ese fue el único momento en que el excavador pudo disfrutar su trabajo. Luego de tirar la lata en uno de los cestos -vacíos- de la antigua ciudad, el excavador encontró lo más  llamativo que podía esperarse, un valle que mezclaba flora y ruinas de edificios viejos, en el medio del cual se encontraba un pequeño lago congelado y, dentro de éste, restos de personas que vivieron allí hace mucho tiempo. El excavador llegó y accionó la pala automática de su mano robótica pero, como no había presupuesto, la pala no funcionaba automáticamente, así que tuvo que excavar a mano como los pioneros de la arqueología. Esto provocó que la parte humana del excavador se cansara rápidamente y dejara de cavar para recuperar energías. Entonces se sentó a descansar y cuando trataba de abrir una lata de alimento prefabricado con gusto a arroz, vio lo que necesitaba para cumplir su misión. Se fijó en un cartel que decía “Bienvenidos a los bosques de Palermo” y se dio cuenta que debajo había un cuerpo de lo que parecía ser una persona congelada en el pequeño lago. El excavador se dispuso a descongelar esa parte del lago para examinar el cuerpo. Para ello extendió su soplete de la mano robótica pero, como no había presupuesto, el soplete no funcionaba. En consecuencia tuvo que improvisar una fogata y con eso se las arregló para descongelar, aunque fuera, una parte que le permitiera alcanzar algo del cuerpo y analizarlo con la sonda de la computadora. Procesó los datos pero no obtuvo ningún resultado: en la pantalla que indicaba el sexo de la persona, había un signo de interrogación. El excavador no entendía qué pasaba, por lo que decidió descongelar todo el cuerpo y tomar mejores mediciones, pero la computadora seguía poniendo el mismo signo de pregunta. Entonces, el excavador usó su criterio e investigó el cuerpo por su cuenta, pero descubrió algo siniestro: la persona en cuestión tenía la apariencia y contornos de una mujer y, a la vez, los atributos de un hombre, lo que provocaba la confusión del ordenador. El excavador no podía creer lo que veía, pero era la única verdad, así que tomó una muestra más y se la guardó en su mochila de acero, junto con el pedazo del monolito blanco y el asiento del Congreso.
Pasaron los días y las semanas y el Excavador 01 no encontraba más que lo encontrado el primer día: unos monumentos obsoletos hasta en su tiempo y una raza mutante que podía optar entre ambos sexos y, como si fuera poco, ya se le acababan los alimentos prefabricados; así que decidió llamar al Gobierno Mundial para que lo rescatara de esa tierra de la perdición.
Un día después la nave que lo recogía llegó, y con ella un grupo de científicos con equipos sofisticados para analizar lo que había recolectado el Excavador 01.
Mientras viajaban de vuelta a los Estados Desunidos, las computadoras seguían analizando las muestras y arrojaban estos resultados:
-          Tiempo de descomposición: 400 años
-          Materiales: concreto y bronce
-          Habitantes: mutantes multisexuales
-          Nutrilium: no encontrado. Recomendación: Abortar Campaña.
La nave llegó a la base central de los Estados Desunidos y lo primero que hicieron fue darle un nuevo trabajo al Excavador 01, ahora iba a ser el encargado de limpieza de las instalaciones científicas. Mientras tanto, el mundo celebraba por un nuevo acontecimiento, una gran hazaña… En la parte sur del continente que en épocas anteriores se hacia llamar África, el Excavador 02 había encontrado Nutrilium y por ello el Gobierno Mundial destinaría todos los fondos de ciencia para subvencionar a las empresas privadas que dinamitarían la tierra para extraerlo y, de este modo, la humanidad podría preocuparse por lo que realmente le importaba: obtener dinero a cualquier costo. Por este descubrimiento el Excavador 02 fue nombrado como el arqueólogo no completamente humano más importante de la historia de la humanidad.

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