SAFO

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viernes, 21 de octubre de 2011

Mi Egreso

En los seis años que pase en la carrera de imagen y sonido viví muchas cosas, algunas cosas lindas, otras feas; conocí gente buena y gente nociva, gente sincera, amable, y gente que solo le importaba cuidarse a si mismo, conocí gente alegre y conocí gente triste, conocí gente copada y conocí gente que se hace la copada; conocí gente que tuve ganas de conocer mas y conocí gente que tuve ganas de conocer menos. Conocí algunos buenos, otros malos, y muchos mediocres; gente soberbia que se alimenta de los humildes y gente humilde que le escapa a los soberbios. A lo largo de la carrera, me di cuenta de que la mayoría de la Gente que anda por ahí, es la que hace la suya y hay otra poca gente, casi imperceptible, que es la que hace lo que puede. Después de conocer tanta gente llegue al punto culminante, seis años y medio fueron los que pase para llegar a este ultimo examen, seis años sufriendo, estudiando, editando, insultando, disfrutando, haciendo locuras y tratando de encontrarle un sentido a todo lo que hacia.
Tres eran los días que faltaban para el gran día, mi cabeza encendía fuego del dolor, un dolor de cabeza que ya venia desde principio de año, ya casi hacia cuatro meses. Ya había estudiado todo, me había visto todas las películas, ya había hecho el resumen del resumen del resumen, ya tenia todo calculado, menos el dolor de cabeza, claro. Los días pasaban y ya había dejado de estudiar, la cabeza me seguía doliendo, había pensado en no ir al examen porque no estaba en condiciones, pero si lo dejaba pendiente tenía que esperar como mínimo tres meses más y no tenia ganas de estudiar de nuevo, así que decidí que si tenia fuerzas para levantarme, iba al examen.
Ya era el día anterior, la cabeza me seguía doliendo, pero, por suerte, todavía me acordaba de todo lo concerniente al examen, por eso me acosté para guardar energías, En ese momento pensaba en muchas cosas que no tenían nada que ver con el examen, cosas sin sentido y cosas con mucho sentido, miraba el reloj mil veces, pero a veces parecía que el tiempo retrocedía. Camine por las paredes y los techos, mire la tele pero no me podía concentrar en nada. El tiempo finalmente pasó como pasa siempre, la hora llegó, el momento de salir a rendir había llegado.
Salí a la calle a eso de las siete de la mañana, no había un alma en la calle, ni siquiera se veían las personas que volvían de divertirse en el desierto urbano donde vivía. El clima estaba frió, quizás menos del que sentía. Llegue a la parada del colectivo casi solo, espere unos minutos hasta que vino y me lo tome. Llegue a la facultad a eso de las ocho, me fije cual era el aula donde se tomaba el examen y me dirigí hacia allí. Sorprendentemente no fui el primero en llegar, sino el segundo, ya que antes mío había un grupo de compañeros que rendían juntos. Luego me senté en el pasillo y espere que lleguen los profesores, lo cual sucedió a eso de las nueve y al verlos mi ansiedad aumento un poco. Pero las cosas en mi vida se hacen esperar, y la profesora que me tomaba no era la excepción, como en ese mismo horario tenia que dar clases, ella aviso que tomaba el examen después de las once. Así que tenia dos horas ahí para repasar, por eso me fui a hacer cosas que no tenían nada que ver con la materia, como desayunar o hablar boberías con desconocidos. A mi me preocupaba, mas que el examen mismo, el dolor de cabeza que todavía seguía molestándome, aunque en menor medida. Esas horas pasaron mas rápidas que las que había vivido los tres dias anteriores. Por fin el reloj marcó las once, la profesora apreció y después de un tiempo le tomó al grupo que había llegado antes que yo. Pasó una hora y todavía seguía tomándoles, en ese momento fue cuando sentí todo el peso de la ansiedad, ya estaba cansado de esperar, quería rendir ya. Media hora paso desde ese momento hasta el que me senté a la mesa donde me tomarían, al principio, cuando la profesora me hizo la primer pregunta, estaba nervioso, pero no por el examen sino por el dolor de cabeza, en esa primer respuesta dude un poco, pero apenas me acomode fue relativamente sencillo, mucho mas que otros exámenes, y no me refiero solamente a exámenes de facultad, sino a esos exámenes que te toman sin avisarte que te están probando, esos en los que uno se da cuenta que reprobó solamente cuando ve las consecuencias. Finalmente aprobé el examen con ocho y me recibí, la profesora me dio la libreta y un alivio recorrió mi cuerpo, el dolor de cabeza se había ido, pero no sentía felicidad, de hecho no sentía nada.
En esos segundos que vinieron después de salir del aula me di cuenta de que el examen mas fácil era el que había aprobado hace un momento, pero el otro examen, el de la vida, lo había reprobado ya hacia mucho y ese fue el día en el cual me di cuenta de esto, precisamente en ese instante en que salí del aula.
Al salir del aula no vi a nadie conocido, me di cuenta de que nadie me estaba esperando, yo tampoco les había avisado a muchos, pero el punto es que nadie hubiese estado allí, le hubiera avisado o no. Igualmente, por las dudas, mire para todos lados buscando a alguien, quizás una sombra, un fantasma, un reflejo, pero no había nadie, y ahí me di cuenta de que el examen mas importante lo había reprobado.
Volví a casa con el sabor agridulce de la victoria en vano, les avise a algunos amigos de mi éxito, esos amigos que son pocos y están siempre, por suerte, algunos me felicitaron unas horas después, mientras dormía.
Me desperté ya no sabiendo que día era, luego averigüé que era el mismo día pero ya de noche, Luego e inesperadamente se comunico conmigo alguien que me importaba, alguien que hubiese deseado que estuviera allí, cuando pase la puerta, pero que no iba a estar nunca tras ninguna. La comunicación fue buena, pero poco profunda, igual valió ya que fue la última buena comunicación que tuve con esta persona, con ella compartí la mayoría de los trabajos de la facultad.
Un rato mas tarde me tire a la cama, pensando en como aprobar el verdadero examen, como hacer para que alguien se interese en mi; como hacer para que alguien no me llame solamente cuando no tiene a quien llamar; como hacer para que la gente quiera hablar conmigo no solamente para saludarme por éxitos que no lo son; como hacer para que las cosas cambien. Esa fue otra noche sin poder dormir de muchas que pasaron y muchas que vendrán intentando tener una simple idea de cómo aprobar este examen que se rinde todos los días.
Para la mayoría yo me egrese y soy un profesional, para algunos me egrese y soy un voluntarioso, para pocos soy un buen amigo, pero para mi, soy insuficiente.

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