SAFO

SAFO

sábado, 22 de octubre de 2011

CASINO FLOTANTE ultima parte





Finalmente Bardo es acosado por la Pressi y tendra que ceder alguno de sus encantos

CASINO FLOTANTE tercera parte





Bardo arregla con el Pressi y hace lo que mejor sabe hacer.... hacerse el boludo

CASINO FLOTANTE segunda parte





Bardo continua su labor dirigiendose al casino para hallar al Pressi perdido

CASINO FLOTANTE primera parte





El inicio de esta aventura de un agente argentino vago, putañero, vicioso y garca, al que todos envidian.

Una vuelta a la Naranja


Videoclip muy divertido

La cultura esta muerta


Videominuto

Fuerza Motriz


Trabajo de animación 3d

Vis a Vis


Uno de mis primeros trabajos en la FADU

Link de Vimeo

Pueden Ver mis mejores videos en el link de abajo: los cuatro capitulos de CASINO FLOTANTE, mis trabajos de la FADU y algunas cositas mas.

http://vimeo.com/leoka





viernes, 21 de octubre de 2011

17 Segundos

Un sueño, un suspiro, una caricia, un abrazo; las cosas mas lindas de la vida duran poco tiempo, la vida dura poco tiempo. Siempre creí que las cosas iban a mejorar en 17 segundos, siempre creí que todo podía cambiar en un instante, siempre me equivoque.
Escribo esto desde mi cárcel, la cual no tiene ni salida ni entrada, la cual se cubre por muros de concreto que cada día se ven más cercanos. Mi razón es que ya se que en todo el tiempo que me queda no obtendré ni el sueño mas hermoso, ni el suspiro mas agradable, ni la caricia mas contenedora, ni un abrazo tranquilizador. Nos los obtendré por mis falencias, mi orgullo y mi desconfianza.
Siempre quise saber que sentía una persona que solo haya vivido 17 segundos, como esos bebes que solo abren los ojos una vez y los cierran para siempre. Siempre quise saber como se sentían y ahora podría decir que mi deseo se hizo realidad.
Mañana el que quizás cierre los ojos seré yo y conmigo se irán la esperanza de tener esos momentos únicos que tiene la vida. Lo único que puedo razonar en este momento es el dolor que siento por no haber soñado, suspirado, acariciado o abrazado algo que haya querido.
Por ultimo solo me queda decir que no se puede perder tiempo en esta cárcel, que si alguien puede evitarla, tiene que hacerlo y disfrutar no estar en ella, porque a fin de cuentas, todo dura 17 segundos.


Años 70, un niño nace en un lugar olvidado de la Argentina, algunos dicen que fue sacado de algún centro clandestino donde los militares torturaban gente, otros dicen que no saben de donde apareció, lo único que se sabe fehacientemente es que el niño no tiene hogar alguno.
Después de pasar por albergues, hospitales e iglesias, el niño es dejado en una casa humilde de la zona de Berazategui, pero la familia humilde al no poder mantenerlo económicamente lo lleva a la parroquia más cercana. Allí las hermanas lo cuidan un tiempo y luego una asistenta social lo reubica en una familia adinerada de San isidro. El niño crece con todos los lujos de la clase alta: dinero, codicia y caprichos; hasta que a la edad de los trece años se da cuenta de que su existencia no pertenecía a ese lugar. Los hermanos del niño, al que en esa casa dieron por llamar José, eran de piel más clara que la suya, rubios y de gran porte físico. José en cambio era de estatura media, de pelo morocho y caucásico. Esto despertó una gran curiosidad en aquel niño adoptado por un matrimonio que ya se había disuelto, porque sus hermanos eran diferentes a el, por ello José fue a preguntárselo al que hasta ese momento era la figura heroica en su vida: su padrastro (el cual el creía que realmente era su padre). El padrastro era un empresario muy respetado en su barrio ya que daba muchos puestos de trabajo, y por eso sus conocidos les dejaban pasar sus tretas: las que le hacia a su mujer (la cual hacia poco que se había enterado de esto), con sus empleados (los tenia a todos en negro y encima los hacia trabajar de mas) con sus hijos (los cuales sino hacían lo que el padre quería, este los dejaba en la calle) y principalmente a José que era el diferente y al cual no estaba de acuerdo en adoptarlo aquella noche donde la asistenta lo trajo.
Cuando José le pregunto a su padre por su verdadero origen, justo este estaba borracho (al parecer la empresa estaba en déficit ya que era una empresa ligada a los militares los cuales estaban destinados a perder el poder muy cerca de esos años) y reacciono muy mal a la pregunta de José, al cual le contesto con lo que contradictoriamente no quería oír: la verdad.
El padre en términos duros le dijo a José que fue adoptado y que nunca lo quiso. José sin inmutarse se fue a su habitación, cerro la puerta y se tiro en la cama a sollozar. Fue un golpe duro para José, el cual no se repuso pero siguió viviendo en esa casa a la cual no pertenecía.
Unos años después la fabrica del padre tuvo que cerrar y la casa quedo embargada, el padre, sin previo aviso, se marcho del país y los chicos quedaron a la deriva, uno de ellos consiguió un departamento en el centro el cual compartiría con sus hermanos, pero no con José.
José quedo en la calle, solo y sin donde dormir, como sus pocos amigos eran de esa clase alta que solo se ve a si misma, al ver a José en una situación complicada, hicieron lo mejor para ellos y desaparecieron. José vivió en la calle durante mucho tiempo, allí conoció el lado duro de la vida: tuvo que comer de la basura, mendigar por unas monedas, vivir en la intemperie y hasta en un momento de desesperación, tener que robar para subsistir.
Pero José, el cual ahora se hacia llamar Beto, era un chico que no se rendía, por ello a la edad de dieciséis años entro a trabajar en un circo importante en esos años, allí Beto se dedico a ser trapecista, y era uno de los mejores, su cuerpo pequeño le permitía hacer maniobras que otros no podían hacer. Y fueron los años mas felices de Beto, allí desarrollo su vocación, conoció a gente extraña como el, comió dignamente, durmió dignamente y hasta soñó dignamente.
Pero todo sueño llega a su fin, y el de Beto no era la excepción. En los años 90 el circo tuvo que cerrar y la gente que trabajaba en él quedo en la calle. Beto tuvo que volver a la vida a la que nunca hubiese querido volver. Dos meses después Beto fue atrapado intentando robar una fruta en la verdulería de Don Mateo, lo paradójico es que este Don Mateo era un verdulero que explotaba a sus empleados, vendía fruta podrida, no pagaba impuestos y hasta una vez había atropellado a un peatón con su auto y había huido como una rata. Pero el que iba a la cárcel era Beto, solamente por una simple razón: era pobre.
Así como en el circo Beto paso su mejor momento, en la cárcel fue el peor, soportando múltiples vejaciones, Beto conoció al que de ahora en adelante iba a ser su mejor amigo durante el resto de su vida: la violencia.
Beto de a poco se hizo duro de cuerpo y alma, cosa de la cual no se vuelve, soporto todo como un estoico las golpizas diarias y lo que es peor, aprendió a hacer lo mismo que los demás le habían hecho a él.
Pasaban los años en la cárcel y como todavía no tenia condena fija, a Beto su estancia en la cárcel se le hacia eterna, por esa razón decidió que debía escaparse de ese sitio, el cual por esa época se conocía como la cárcel de Caseros. En sus ratos de meditación en las duras noches, Beto, el cual seguía siendo ágil, ideó un plan para escaparse por los techos teniendo en cuenta que entre los movimientos de los guardias dejaban un sector mínimo de terreno en el cual tenia el tiempo exacto de 17 segundos para pasar sin que lo vean.
Lo había decidido hacer esa tarde fría de agosto del 96, solo se lo había dicho a su compañero de celda, un tal Gómez, detenido por tentativa de homicidio en ocasión de robo, el cual lo quería acompañar, pero al ser muy robusto no podría no ser visto intentando escapar.
Beto, gracias a su amigo Gómez ideo una pelea entre reos en el patio central, allí los guardias enceguecidos por la pelea no vieron que Beto volvía hacia la zona de las celdas. Allí Beto pasó sin ser visto por los guardias de la garita, los cuales estaban viendo un partido de Boca, y se fue hasta el final de uno de estos pasillos, el cual se encontraba oscuro, y se trepo por un tubo que Beto creía que era el desagüe de la terraza. Ya en lo mas alto del tubo inmundo, atravesó un vidrio y delante de él vio unos alambres que impedían el paso, allí Beto saco un corta alambres que se había robado del taller y corto los enrejados mientras se sostenía con las piernas haciendo presión sobre el caño, luego saco el alambre, saco una piedra en su bolsillo y con pequeños golpes certeros astillo el segundo vidrio (ultimo obstáculo que le impedía el paso) pero necesitaba un golpe duro para romperlo, para ello Beto había calculado que la pelea en el patio haría encender las alarmas, cinco minutos después de que se haya iniciado la escaramuza. Pero la alarma no sonaba y Beto ya no aguantaba más el peso de su cuerpo sobre sus piernas, así que apresuradamente decidió romper el vidrio y salir corriendo. Beto rompió el vidrio con una de sus manos cubiertas de una tela, igualmente el sonido fue fuerte, pero con la suerte insólita de que justo en ese momento Boca hacia un gol y el ruido del vidrio rompiéndose quedo opacado por el festejo de los guardias.
Beto igualmente no se dio cuenta de esto y se apuro a salir para el techo, tanto que se lastimo una pierna con un borde de uno de los vidrios rotos.
Ya en el techo Beto se escondió atrás de una chimenea y espero a que vengan los guardias, en esos momentos de locura Beto había planeado inconcientemente que podía saltar a uno de los camiones que pasaban sobre la avenida. Pero antes de tirarse le extraño que ningún guardia lo siguiera, y el hecho de que la alarma todavía no había sonado. Sin embargo Beto no podía seguir con su plan, ahora debía bajar a la calle sin que los guardias lo vean, todo lo que había calculado no tenia sentido debido a que los guardias seguían en sus puestos.
Beto se acerco al borde del techo, espero cinco minutos a que oscureciera un poco y fue escalando hacia abajo hasta llegar a una de las salientes del segundo piso. Allí fue donde Beto ya se sentía casi afuera, pero justamente en ese momento fue cuando las alarmas empezaron a sonar. Entonces Beto se arrojo a la calle implorando que su habilidad adquirida en el circo lo haga caer de unos cinco o seis metros sin lastimarse. Beto salto y cayo lo mejor que pudo, así y todo al caer se lastimo levemente una pierna, luego se repuso y salió corriendo lleno de dolor por las calles antes de que vengan los guardias.
Unas cuadras más adelante, Beto se subió al primer colectivo que pasó, inesperadamente al no traer monedas, tuvo que bajarse a las tres cuadras, pero un golpe de suerte otra vez futbolístico venia en su rescate; Los hinchas del club atlético Huracán que salían de la cancha después de ver un partido de su equipo le permitieron a Beto escabullirse entre la barra brava de ese club, y así poder escapar para siempre de ese tormento llamado Caseros.
Beto con mucho mas oficio que antes (oficio para delinquir) consiguió unos documentos falsos en el cual se pasaba a llamar Jacobo Kinterfeld. Paso siguiente se fue a trabajar a una fábrica en la zona sur del gran Buenos aires, aunque era una época en donde las fábricas cerraban, ese trabajo era lo único que tenia por ahora.
Unos meses mas adelante, el país entraba en crisis otra vez, la gente perdía su trabajo, la desocupación aumentaba al igual que la inflación. Esto hizo que Jacobo no tuviera más opción que volver a delinquir, pero esta vez no seria un “pichi”, esta vez iría armado. Jacobo robo en comercios, en casas de familia, en cooperativas; y en todos estos hechos nunca le importo lastimar a la gente, lo único que le importaba era obtener algo para subsistir y no ser atrapado nuevamente por la policía.
Pasaron los años y Jacobo fue uno de los más despiadados ladrones que se conocían, si bien su intención era no lastimar a nadie, si tenia que hacerlo no dudaría como lo había hecho en su juventud. El niño pobre del oeste se había convertido en un sujeto implacable, sus años de dolor en la cárcel le habían sacado toda la sensibilidad que tenia en su temprana adolescencia.
Jacobo fue progresando en su oficio, se instalo en zona sur donde conocía a los policías sobornables, a los principiantes y a los punteros políticos. Gracias a estos contactos Jacobo se puedo conseguir un terreno en la zona cercana a la villa de Lanus, allí empezó en el oficio de la venta de droga y también en la adicción de la misma. En esa época Jacobo consumió de todo, pero nunca se sintió pleno.
Luego de un tiempo Jacobo manejaba toda la droga de la villa, lo cual permitió que dejara de ir a robar y hacer que los demás ladrones lo hagan por él a cambio de sus productos viciosos. Por esto Jacobo fue llamado por un asistente de un político para que mantengan contacto. El nunca dudo en meterse con estos mercenarios votados  democráticamente por el pueblo y así fue como organizo uno de los muchos saqueos ocurridos a fines del año 2001.
Por estos y otros negocitos, el político que lo ayudaba le dio todavía más poder del que tenía antes, esto hizo que la gente de la villa le temiera aun más. Jacobo se había vuelto poderoso.
Un día cualquiera de los años siguientes Jacobo se despertó en un boliche de Lanus lleno de billetes, jeringas y restos de drogas en polvo. Junto a él, se despertaron gente del espectáculo, políticos de baja calaña y el mismo futbolista que había hecho ese gol que le permitió, al que en ese entonces se llamaba Beto, escaparse de Caseros. Pero Jacobo se despertó deprimido y obsesionado con un solo pensamiento, un único sueño que había tenido esa noche de jolgorio, el que paradójicamente seria su ultimo sueño. El sueño que tuvo Jacobo se trato de una rara visión que mostraba como hubiese sido su vida si se hubiese quedado con sus verdaderos padres: Allí se lo veía vivir una infancia feliz, una adolescencia plena, un digno trabajo, una novia bonita en todos los sentidos, etc. El soñó con un futuro esperanzador y en el, con hijos a los cuales dejarles su legado. El soñó con la vida.
Con el nuevo presidente ya en el poder y el arribo a la villa de narcos mas poderosos y sanguinarios. Jacobo perdió la fuerza que tenia anteriormente y tuvo que irse a vivir a otro lugar. Para colmo ya no podía trabajar en un laburo decente debido a su adicción a las drogas (por las cuales había sido denunciado), así que trato de instalarse en asentamientos más pequeños con el fin de volver a ser el mismo vendedor de estupefacientes que había sido hacia unos años. Pero muchos ya le habían ocupado el lugar, por eso Jacobo, que no tenia donde instalarse, no tuvo otra opción que volver a dormir en la calle.
Allí rápidamente se dio cuenta de que la vida había empeorado, y que la gente que deambulaba por las sendas fantasmales de la noche porteña no eran mas que sombras que llenaban el espacio vacío de una cuidad en decadencia, de la cual el era victimario y a la vez victima.
Jacobo ya se había dejado de llamar a si mismo por ese nombre, ahora ya ni sabia como se llamaba, si alguien por esas casualidades le hubiese preguntado su nombre se hubiese quedado callado sin ni siquiera ponerse a pensar cual fue el nombre que le pusieron sus verdaderos padres.
En esos últimos meses Jacobo conoció una nueva droga mas adictiva que las otras que había probado y con ella perdió todo sus recuerdos. Ya únicamente robaba para poder drogarse con esa basura, a él no le importaba no comer ni beber, solo le importaba olvidar quien había sido los últimos años.
Y así fue como una noche cualquiera del 2006 Jacobo termino solo, sucio y escuálido, tirado en la acera de una de las calles del centro de la cuidad que lo vio nacer aquel día de invierno del año 72, cuando en el hospital Pena, un gran hospital en esa época, sus padres lo nombraban como Federico Vera. Ese fue el hospital donde fue robado y vendido a una señora rica, la cual se arrepintió y como no quería ir presa, abandono al bebe en una parroquia cercana a su casa.
Y así se decidió el destino de Federico, un hombre que solo vivió su verdadera existencia unos momentos, la cual, debido a la avaricia de la gente, le fue arrebatada sin que el se diera cuenta.
La sombra de Federico vagaba merodeando por la cuidad que trataba de esconder su reflejo, hasta que, en esas cosas inexplicables que suceden en la vida, él tuvo un momento de lucidez inimaginable:
…era entonces que un niño cruzaba por la calle justo antes de que el semáforo se ponga en verde para que pasen los autos. Mientras Federico hurgaba en la basura cercana a la calle, al niño se le cae un cuaderno en el medio de la avenida, el cual se detiene a recoger. Ya con los autos en plena aceleración, vaya uno a saber porque Federico que venia viendo toda la escena del infante, dejo de hurgar en la basura y se abalanzo para empujar al niño salvándolo de que lo pisen los autos. Todo sucedió en 17 segundos. El niño cayo a la vereda mientras Federico era impactado fuertemente por un auto empujando su cuerpo uno metros adelante en el medio de la calle. El auto se freno, su conductor miro el cuerpo del que parecía ser un vago y luego arranco siguiendo su viaje como si nunca hubiera atropellado a nadie. El niño, que había quedado asustadísimo, se fue corriendo con el cuaderno en la mano hacia su casa. Luego de unos minutos un policía se acerco a donde estaba tirado Federico, y al tomarle el pulso se dio cuenta de que le quedaba poco tiempo...
Tirado en el suelo a instantes de su muerte, Federico alias José, alias Beto, y alias Jacobo soñó por ultima vez, y su sueño fue su vida, esa vida que quizás también era otro sueño.
El único sueño de un niño que nació solamente para vivir 17 segundos.


Un sueño, un suspiro, una caricia, un abrazo; las cosas mas lindas de la vida duran poco tiempo, la vida dura poco tiempo…

Quizás la vida solo dure mientras uno se sienta querido.

Borrado

Escribo esto porque es mi último recurso, me han borrado de todas partes, ya no queda ni mi nombre, ni mis recuerdos. En un mundo lleno de vacío, solo quedan rastros de humanidad…
Cuando Salí al mundo exterior, hace ya unos meses, empecé a notar a las personas distintas, totalmente indiferentes a lo que los rodeaba, como si algo mas allá los controlara. Me parecía raro que todos anduviesen hablando solos por las calles, eso en mis tiempos era señal de locura, pero hoy, la normalidad es hablar sin escuchar al otro. Decidí instalarme en un hotel y llamar a viejos amigos, de los cuales hace mucho no sabía nada de ellos, para decirles que ya me había rehabilitado. Con algunos no me pude comunicar, pero el resto no me recordaba, ni siquiera me preguntaban porque lo hice o me regañaban o me gritaban para que los moleste más, simplemente todos actuaban como si nunca me hubiesen conocido. Esto me parecía demasiado extraño, por ello, tome coraje y llame a mi ex novia, la cual me detestaba ya incluso antes de que me atraparan. Insistí varias veces para hablar con ella, le pedí perdón, le suplique una y mil veces, pero no había forma de que me recuerde. Si todos ellos estaban fingiendo, habría que felicitarlos por lo bien que lo hacían los desgraciados. Mi angustia era inmensa, me sentía más solo ahora que estaba libre que cuando estaba en confinamiento.
El primer día que tuve libre de mi trabajo comunitario social, fui al registro cívico para averiguar qué había pasado con mi familia, ya que en donde se ubicaba la casa de mis padres ahora había un enorme edificio. Le explique a la señorita, la cual me atendía muy amablemente, que había estado recluido cinco años, luego la señorita posó su mirada en mi de otra manera pero, al menos, me dio información útil, bueno, eso creía yo. Con palabras extrañas y muy rápidamente me explicó que los nombres de mis padres no estaban en el registro, que según ellos ni siquiera habían nacido, luego me pregunto por mi número de identificación, se lo di, pero no concordaba con los datos del registro. Creía que había un error, pero no lo había, el sistema nunca se equivoca. Al instante, me tomaron dos guardias por detrás, me llevaron arrastrándome por todo el largo pasillo y me encerraron en una oficina hasta que aparecieran autoridades más altas. En esa oficina, mucho más acogedora que ese sucio barril en el que había pasado mis largos y asquerosos cinco años, se podía escuchar levemente el sonido de una tv que provenía de la oficina contigua, lo extraño era que solo se oían publicidades, y una de ellas fue la que me abrió los ojos. Era la voz de una mujer:
 “usted quiere olvidarse de un mal padre, un mal amigo, o de una relación frustrada, nosotros le damos la solución, en la clínica San José nuestros especialistas lo ayudaran a borrar para siempre ese recuerdo que no lo deja dormir, su consulta no nos molesta, ya estamos en más de 50 ciudades en el mundo y recuerde, viva la vida al máximo y si algo sale mal, nosotros estaremos ahí para borrarlo”.
¡Dios, esto es una locura! Me dije, si la gente se olvida de sus errores o frustraciones, como van a aprender de ellos. Las autoridades vinieron, me hicieron pruebas para ver si mi cerebro ya había sido manipulado. Al darle negativo el test, me llevaron a un lugar para monitorearme, luego me sedaron. Carpeta vacía. Horas después aparecí atado en una silla reclinable en un lugar lleno de pantallas, en ellas se podían ver mis vivencias más importantes, mi primer beso, el día que me atraparon, cuando choque el auto de mi padre, pero ligeramente diferentes a como las recordaba. Mucho más nítidas. Luego me inyectaron algo y me preguntaron cual es el recuerdo que me gustaría borrar de mi memoria, yo les dije ninguno, que mi vida estaba bien así. Tanto los guardias que me llevaron como el asistente social que estaba allí se rieron levemente y el último dio por sentado que mi opción era borrar toda mi sentencia por estafa, todos esos años horribles que pase en prisión. La idea era tentadora, pero me rehusé, ellos insistían por la fuerza, hasta que se me ocurrió borrar un mal recuerdo. Se los conté, ellos lo buscaron y después de un largo tiempo hasta encontrarlo lo desaparecieron, al menos eso creo, salvo que guarden esos recuerdos en una especie de disco duro, y con ellos controlen a la gente. Más allá de mis ideas paranoicas, lo que ellos me borraron fue solamente el futuro que deseaba tener en mi juventud temprana, antes de que me atraparan. Por suerte no se dieron cuenta y creyeron que ese deseo en mi cabeza había pasado realmente, ¡o habrá pasado realmente!, no lo recuerdo, ya no noto la diferencia, habré pedido eso u otra cosa ¡maldición!. Lo que si recuerdo es que después de cortar mis memorias me soltaron, me sedaron nuevamente y me pusieron en una habitación, como si fuese la de un hospital. Allí me tuvieron en observación y un día después me dejaron ir y me dieron un número de identificación. Cuando Salí a la calle mire el cartel del lugar donde había estado y leí que decía “Clínica San José”, y cundo baje mi vista vi una fila de no menos de un centenar de personas. ¿Así controlan a las personas en estos tiempos? ¿Qué los impulsa a querer flagelar sus cerebros? ¿Qué les paso a las personas que confesaban sus pecados? ahora simplemente los borran ¿Habrá castigos o el castigo será no saber realmente quién fue uno? ¿Qué les impediría desaparecer a una persona? no solo físicamente, sino también del recuerdo de sus seres queridos.
Intente escaparme corriendo de este mundo superficialmente perfecto, pero era imposible, si hacia algo malo me encerrarían de nuevo y me borrarían completamente si quisieran, si me convertía en un agitador del orden también me borrarían. No me quedaba otra cosa que fingir ser un esclavo del sistema.
Desesperadamente, volví a mi hotel con la única idea que se me ocurrió para escapar momentáneamente de este infierno, ni siquiera sabía si lo que escribiría sería lo real o seria solo lo que recuerdo de la realidad. Igualmente me anime y antes de que me convierta en un ser dependiente de mis logros seguros, tome un trozo de papel y un lápiz. Con estos elementos estamparía para siempre mis fracasos, mis malos momentos, todo lo que quisiera olvidar para siempre. Todas esas vivencias horribles son las que realmente nos hacen buenas personas, nos hacen entender que a los otros les puede pasar lo mismo que nos pasó, que ellos también se pueden equivocar y nos hace detener cuando hacemos algo equivocado en el nombre de los vencedores. Creo que ya sé porque el mundo se convirtió en este paramo de egocentrismo, creo que al final todo se reduce a que ninguna persona quiere perdonar….se
Escribo esto porque es mi último recurso, me han borrado de todas partes, cuando leas esto no quedara de mi ni mi nombre, ni mis recuerdos. Este es un mundo lleno de seres que pretenden la felicidad buscando vacíos. Esos vacíos que llevan adentro de su alma.

El Alimento de los Chacales

Año 2087, el efecto invernadero y las guerras nucleares produjeron la extinción del 99% de la flora y la fauna, la parte costera de los continentes desapareció por el derretimiento de los polos, el sol dejo de verse y la noche se hizo eterna por el invierno nuclear. La mayoría de la población que había a principios de siglo desapareció en las guerras, el resto de la sociedad humana se dividió en dos clases: los civilizados que gobernaban lo que quedaba del mundo y los marginados que estaban afuera de la sociedad. Los civilizados (descendientes de los empresarios ricos accionistas de la industria armamentista que se salvaron de la radiación protegiéndose en cuevas) construyeron, una vez que bajo el nivel de radioactividad, un domo protector, ayudados no voluntariamente por los marginados. En el domo vivieron una vida organizada y tranquila. En el borde del domo (solo había cinco en el mundo) se instalarían las fabricas donde los civilizados producían su alimento. Cuando el domo fue terminado sus obreros fueron asesinados, pero esos obreros todavía no habían dejado de ser útiles  El alimento de los civilizados estaba compuesto a base de los marginados (humanos pobres que no podían entrar al domo protector porque tenían un nivel alto de radioactividad o simplemente porque eran pobres, así que eran asesinados por las patrullas que recorrían el borde o por las inclemencias del tiempo) En el exterior cercano al domo las viejas maquinas recogedoras de basura que todavía funcionaban, recogían los cadáveres que poblaban las ciudades devastadas. Estas maquinas eran manejadas por supervisores humanos que usaban trajes antirradiación, ya que los vientos podrían traer la radiación de otros lugares. Los camiones llevaban los cadáveres a las fábricas donde se los procesaba y se los envasaba para que luego sean vendidos y consumidos por los civilizados. Los alimentos fabricados allí eran conocidos como alimento humano.

En el medio de la devastación mientras las maquinas recogen los cadáveres se levanta la figura de un hombre en el horizonte, este no usa ningún traje que le evite estar en contacto con la radioactividad. El extraño camina lentamente entre las murallas derruidas de la vieja ciudad, lleva sobre su mano un pequeño cuchillo del cual se ven algunas gotas de sangre coagulada.

Camino entre los muertos, el olor es insoportable, pero ya no lo siento, tampoco siento dolor ni pena de saber que todos los que conocía ya no están, solo me queda la inercia, la inercia de saber que debo mantenerme vivo.

El extraño se acerca a una de las maquinas que levanta los cadáveres y observa donde se ubica el supervisor, se acerca sigilosamente, lo toma por detrás, le saca la mascara y con el cuchillo le corta el cuello mientras le tapa la boca para que no se escuchen sus gritos. El extraño con sus ropas manchadas de sangre, revisa dentro de la maquina los objetos que tenia allí el hombre al que acaba de matar. De allí saca unas latas de alimento humano y una foto donde se ve al supervisor junto a su familia. El extraño desesperado guarda la foto y se aleja, se sienta sobre unas piedras que antes solían ser la medianera de una biblioteca y luego de un par de intentos fallidos, abre la lata con el cuchillo e ingiere el alimento como si no hubiese probado un bocado en un mes.

Ya me siento uno de ellos, no me importa nada ni nadie, ya me convertí en otra de las personas que se alimenta del dolor ajeno

El extraño sigue su camino errante, de repente un helicóptero aparece en la noche negra y lo ilumina con su reflector, el extraño sale corriendo, el helicóptero suena la alarma y dispara su ametralladora, las maquinas se detienen, el extraño se esconde entre las pocas edificaciones que todavía quedan en pie, el helicóptero aterriza y de él bajan cinco soldados que empiezan a registrar la zona. Uno de ellos entra en la iglesia derruida donde se había escondido el extraño y comienza a registrarla. El extraño agazapado prepara su cuchillo para atacar y justo cuando lo va a hacer, el soldado se corre y lo golpea tirando al extraño al suelo y dejándolo indefenso. El soldado apunta con su arma al extraño, mientras este lo increpa

Vamos termina con mi miseria… solo eres un producto que obedece ordenes, observa a tu alrededor, mira en que nos hemos convertido, somos unos animales.

El soldado rápidamente contesta sin vacilar

Siempre fuimos animales

El soldado mata al extraño y con la radio llama a sus compañeros, las maquinas vuelven a funcionar, los soldados se van y otro helicóptero llega trayendo el reemplazo del supervisor fallecido, mientras una de las maquina levanta el cadáver del viejo supervisor y lo tira en la parte trasera junto con los otros.
En el interior del domo, en la parte mas alta del edificio de la corporación que domina todo, una señora abre una lata de alimento humano, la sirve en un plato de porcelana, deja el plato en la bandeja junto a los cubiertos y se los lleva al gobernador del domo que ansiosamente espera su comida.

100 años después, los hijos se comieron a sus padres, los jefes se comieron a sus empleados, los domos se cayeron en pedazos, la humanidad finalmente se extinguió. No los mato un meteorito, no los exterminaron los robots con inteligencia artificial, tampoco fueron los extraterrestres ni la naturaleza o un virus. Simplemente desaparecieron por la indiferencia de ser humano.

El Arqueologo del Futuro

Año 2500 DC. Durante los últimos siglos La Tierra sufrió guerras nucleares, calentamiento global, enfriamiento global, entibiamiento global... Mientras tanto los robots hacían el trabajo que antes hacían los pobres: recoger la basura, manejar los medios de transporte y limpiar las calles y las casas de los pocos que viven humanamente.
La humanidad había progresado en muchas cosas -ya había colonizado la Luna y Marte- pero había involucionado en muchas otras -había agotado todos los recursos naturales de la Luna y Marte-. Por eso, para estudiar los errores de los cinco siglos anteriores (y de paso ver si se lograba obtener un nuevo recurso natural), el Gobierno Mundial había ordenado la construcción de ciborgs que investigaran las huellas del pasado. Ellos serían los arqueólogos del futuro, mitad hombres, mitad máquinas.
Pero el presupuesto mundial no alcanzaba para construir tantos, ya que los ministros habían gastado los fondos públicos en sus vicios personales, por lo tanto se decidió hacer sólo dos robots.
Uno de ellos fue llamado “Excavador 01 y tenía la misión de ir a la parte mas desolada del planeta para socavar información de cómo vivían sus pobladores hace unos 500 años. Este territorio era un lugar que habría sufrido terremotos, glaciaciones, políticos corruptos, y otras catástrofes de igual magnitud. Aquello era lo que antes se había llamado Argentina.
Una vez construida la parte robótica del Excavador 01 necesitaban un humano para terminar el modelo final, así que el gobierno eligió al ser mas apto para realizar estas tareas. Sus parámetros de elección fueron: que no le moleste ensuciarse, que le guste rondar en las ruinas y que se queje lo menos posible. Finalmente eligieron al primer vago que pasaba por afuera de la fábrica. El sujeto tenía barba de dos semanas, una camisa medio sucia, pelo largo sin lavar y un pantalón de moda en el siglo XXI.
Unos días después que el Excavador 01 fuera terminado, necesitaron ponerlo en acción, pero antes de eso le dieron directivas imprescindibles: la primera era que si, por esas casualidades, encontraba Nutrilium (el mineral mas importante en esos momentos, útil para poner en funcionamiento todas las máquinas que hacían lo que no hacia el hombre) él debía avisar al estado dueño de las licencias de la mayoría de los robot, Los Estados Desunidos, sin despertar sospechas de la Unión Europea Soviética. La segunda directiva consistía en que todos los artefactos que encontrara debía limpiarlos y analizarlos en el momento, para ello el Excavador 01 tenia consigo una espátula en la mano, un pincel y una computadora que analizaba los materiales, la parte humana solo estaba para usar estos aparatos. Y para terminar, la tercera directiva establecía que el Estado no se hacia cargo de los viáticos, las comidas ni las reparaciones que pudiera necesitar el robot. Para realizar estas cosas el Excavador 01 se tenia que arreglar por si mismo.
La nave despegó desde el viejo Cañón del Colorado y se dirigió al árido desierto de las Pampas, donde se detuvo a medir la radiación y calcular cuánto tiempo soportaría el excavador fuera del módulo. Después de detectar que la radiación era casi imperceptible, se desprendió de la nave una cápsula que contenía al Excavador 01. La misma cayó a tierra y aminoró el golpe destruyéndose completamente, pero haciendo que el excavador pueda salir, casi intacto, y empezara a trabajar.
Lo primero que hizo el robot-arqueólogo fue analizar el terreno en su computadora, la cual le decía que la zona en donde podía encontrar restos de civilización se ubicaba 30 kilómetros hacia el norte. Así que el excavador sacó sus propulsores y se dispuso a encender las turbinas para dirigirse rápidamente al sitio, pero el Gobierno Mundial no había presupuestado eso en su kit de herramientas y el propulsor no estaba construido, aunque en los papeles figuraba que sí. Después de caminar los 30 kilómetros el excavador llegó al sitio y, entre lagos congelados y edificios destruidos completamente por las inclemencias del tiempo, observó las ruinas del objeto simbólico de los pobladores que moraban estas tierras hacía tiempo: una especie de monolito blanco con leyendas escritas en su parte baja y una ventana en su parte más alta. Quiso saber para qué era utilizado este objeto y, con ese fin, sacó un pedazo de su estructura; además lo describió y puso toda esa información en la computadora, la cual arrojó un único resultado: “objeto inútil”.
El excavador siguió caminando buscando otro monumento significativo y se encontró con algo peculiar... Se trataba de una estructura edilicia de la que en su parte superior  sobresalía un domo en el que se leía la leyenda “Congreso de la Nación Argentina”. El excavador tomó una muestra de uno de los asientos en el interior del edificio y gracias a la computadora sacó la conclusión de que nunca fue usado, sólo estaba de adorno, igual que el monolito que había visto anteriormente.
Después de entender que esta civilización era medio perezosa, el excavador se sentó en la terraza de otro edificio antiguo y deglutió su comida prefabricada con gusto a pollo. Ese fue el único momento en que el excavador pudo disfrutar su trabajo. Luego de tirar la lata en uno de los cestos -vacíos- de la antigua ciudad, el excavador encontró lo más  llamativo que podía esperarse, un valle que mezclaba flora y ruinas de edificios viejos, en el medio del cual se encontraba un pequeño lago congelado y, dentro de éste, restos de personas que vivieron allí hace mucho tiempo. El excavador llegó y accionó la pala automática de su mano robótica pero, como no había presupuesto, la pala no funcionaba automáticamente, así que tuvo que excavar a mano como los pioneros de la arqueología. Esto provocó que la parte humana del excavador se cansara rápidamente y dejara de cavar para recuperar energías. Entonces se sentó a descansar y cuando trataba de abrir una lata de alimento prefabricado con gusto a arroz, vio lo que necesitaba para cumplir su misión. Se fijó en un cartel que decía “Bienvenidos a los bosques de Palermo” y se dio cuenta que debajo había un cuerpo de lo que parecía ser una persona congelada en el pequeño lago. El excavador se dispuso a descongelar esa parte del lago para examinar el cuerpo. Para ello extendió su soplete de la mano robótica pero, como no había presupuesto, el soplete no funcionaba. En consecuencia tuvo que improvisar una fogata y con eso se las arregló para descongelar, aunque fuera, una parte que le permitiera alcanzar algo del cuerpo y analizarlo con la sonda de la computadora. Procesó los datos pero no obtuvo ningún resultado: en la pantalla que indicaba el sexo de la persona, había un signo de interrogación. El excavador no entendía qué pasaba, por lo que decidió descongelar todo el cuerpo y tomar mejores mediciones, pero la computadora seguía poniendo el mismo signo de pregunta. Entonces, el excavador usó su criterio e investigó el cuerpo por su cuenta, pero descubrió algo siniestro: la persona en cuestión tenía la apariencia y contornos de una mujer y, a la vez, los atributos de un hombre, lo que provocaba la confusión del ordenador. El excavador no podía creer lo que veía, pero era la única verdad, así que tomó una muestra más y se la guardó en su mochila de acero, junto con el pedazo del monolito blanco y el asiento del Congreso.
Pasaron los días y las semanas y el Excavador 01 no encontraba más que lo encontrado el primer día: unos monumentos obsoletos hasta en su tiempo y una raza mutante que podía optar entre ambos sexos y, como si fuera poco, ya se le acababan los alimentos prefabricados; así que decidió llamar al Gobierno Mundial para que lo rescatara de esa tierra de la perdición.
Un día después la nave que lo recogía llegó, y con ella un grupo de científicos con equipos sofisticados para analizar lo que había recolectado el Excavador 01.
Mientras viajaban de vuelta a los Estados Desunidos, las computadoras seguían analizando las muestras y arrojaban estos resultados:
-          Tiempo de descomposición: 400 años
-          Materiales: concreto y bronce
-          Habitantes: mutantes multisexuales
-          Nutrilium: no encontrado. Recomendación: Abortar Campaña.
La nave llegó a la base central de los Estados Desunidos y lo primero que hicieron fue darle un nuevo trabajo al Excavador 01, ahora iba a ser el encargado de limpieza de las instalaciones científicas. Mientras tanto, el mundo celebraba por un nuevo acontecimiento, una gran hazaña… En la parte sur del continente que en épocas anteriores se hacia llamar África, el Excavador 02 había encontrado Nutrilium y por ello el Gobierno Mundial destinaría todos los fondos de ciencia para subvencionar a las empresas privadas que dinamitarían la tierra para extraerlo y, de este modo, la humanidad podría preocuparse por lo que realmente le importaba: obtener dinero a cualquier costo. Por este descubrimiento el Excavador 02 fue nombrado como el arqueólogo no completamente humano más importante de la historia de la humanidad.

El Buho y el Raton

Érase una casa destruida por el tiempo y por la falta de vida, en ella solamente vivía un ratón, el cual se encontraba famélico por la falta de alimento. Un día este ratón decide salir de la casa para buscar comida, pero en las cercanías de su hogar no había absolutamente nada, salvo un búho parado sobre la rama de un árbol seco. El ratón se acercó a la parte baja del árbol y le pidió al búho que lo ayude a buscar algo de comida, el búho sin mediar ayudo al ratón: le dijo que a unos 50 metros se veía un trozo de algo que podría ser comestible. El ratón fue al lugar que le dijo el búho, pero no vio nada, luego giro su cuerpo y encontró al menos un trozo de una manzana podrida que al menos le serviría de alimento. El ratón volvió a su refugio con algo de la manzana en su estómago y con el resto que le serviría para unos días más. Tres días después, ocurrió lo mismo: el ratón salió a ver si encontraba comida, el búho lo guió y al menos de casualidad, el ratón podría seguir alimentándose. La tercera vez que ocurrió lo mismo, el ratón se dirigió a un árbol que estaba floreciendo y por el cual el ratón podría comer por muchísimo tiempo más. Pasaron varios meses y el ratón no apareció más por el árbol todavía marchito del búho. El que ahora pasaba hambre era el búho. Este era orgulloso y no le gustaba que lo ayuden, pero no le quedaba otra opción que pedirle al ratón que le dé algo de comida. El búho temeroso fue hacia la nueva guarida del ratón, el cual ya no estaba solo, y le pidió algo de comida. El ratón respondió que le daría algo pero que no quería dejar a su gente sin comer. El búho se fue triste, voló por todos lados, pero seguía sin encontrar su comida, así que volvió a insistir con el ratón. Esta vez el búho fue más insistente debido a su desesperación. Esto hizo que el ratón se sienta paranoico, por eso organizó a su gente para que esa misma noche vaya al árbol del búho y lo ataquen para que no vuelva a molestar. Esa noche, los ratones se dirigieron al árbol marchito, mientras el búho los observaba acercarse. Una vez que los ratones llegaron al árbol, el ratón les dijo a sus compañeros que retrocedan unos pasos, en ese mismo instante bajo el búho. El ratón lo enfrentó y le dijo que venía a disuadirlo de su insistente presencia, el búho dijo que lo entendía, pero que para logar su objetivo de disuasión debería matarlo o simplemente compartir su comida. El ratón dudo un poco pero finalmente les dio la orden a sus amigos para que ataquen al búho. Los ratones mataron al búho y se fueron llenos de satisfacción a festejar a su árbol frondoso, pero cuando volvieron una serpiente los ataco y los mato a todos. Era la serpiente que siempre estuvo oculta porque le había tenido miedo al búho.

El Ultimo Deseo

Una embarcación pequeña, que se ubica en el medio del océano pacifico, se hunde lentamente y con ella su único tripulante, el cual escribe su última carta, la que será depositada en una botella, con la esperanza de que le llegue a alguien:


“Soy el capitán de un barco sin tripulantes, no me acuerdo mi nombre pero se que tengo la edad suficiente como para darme cuenta de cómo son las cosas realmente.
Siempre creí que conocía mucha gente en la que se podía confiar, pero lamentablemente a lo largo de los años me di cuenta de que me sobran los dedos de la mano para contar con mis amigos verdaderos. Mucha gente de los que conozco solo me usaron cuando me necesitaban o cuando necesitaban a alguien para que los escuchen, pero uno no se entera de eso hasta que se vuelve obsoleto y se trasforma en una carga para los demás para terminar siendo solo un mísero recuerdo en alguien que nunca me considero importante.
He cometido muchos errores en mi vida pero creo que no fueron lo suficientemente graves como para condenarme al olvido y a la indiferencia. Siempre supe que esto algún día me iba a pasar, pero mi mayor pecado fue decirlo y no hacer nada para tratar de evitarlo, aunque viendo lo sucedido posteriormente no podía evadirlo de ninguna manera ya que todo el mundo utiliza un modo de vida al que yo me tengo que adaptar pero al que me niego rotundamente porque no me banco ser incoherente y ventajero. Quizás en muchos momentos de mi vida solo me tendría que haber cayado la boca y hacerme el tonto esperando que naturalmente ocurra algo para lo cual no quiero hacer ningún esfuerzo, como hacen las cosas la mayoría de las personas.
La gente que pueda llegar a leer esto ni siquiera me conoce, algunas veces creía que tenia todo como para salir adelante, pero en el presente no tengo nada; no tengo pasado; ni futuro; ni proyectos; ni sueños; ni ilusiones y mucho menos esperanzas, soy una persona vacía que solo siente dolor y pena por lo que pudo haber sido y por lo que voy a terminar siendo.
Hay muchas personas que en algún momento las llegue a apreciar, pero como la vida misma, me terminaron defraudando. Un amigo es alguien que se atreve a decirte lo que piensa por más que duela, no alguien que te dice lo que queres escuchar para sacarte de encima. Un amigo no es un repuesto que se usa cuando se rompe una pieza de la estructura, es más bien, una de las piezas de la estructura. Solo te das cuenta quien es tu amigo cuando estas en el fondo del océano completamente solo y él es el único que trata de tirarte un ancla aunque uno se niegue a tomarla porque ya esta cansado de todo.
Probablemente no les interese esta carta, pero antes de morir puedo decir fehacientemente que siempre preferí que me digan la verdad por más dolorosa que sea antes que escuchar las mentiras piadosas que utiliza el hombre común, pero debe ser que muchos se acostumbraron a ser así: políticamente correctos.
Me duele mucho que mi vida termine así y que se enteren por esta vía, pero no me queda otra cosa que escribirlo aquí y que de alguna forma mágica o justa ustedes lleguen a leerlo.
Sin mas que hacer o decir me despido de los que alguna vez se hicieron llamar amigos míos, esperando que encuentren en la vida lo que yo no encontré y tratando de que esto les sirva para aprender que las palabras sin consistencia y coherencia, duelen tanto o mas que los golpes.
Adiós, a quien quiera que lea esto.”


La embarcación se hundió y el capitán se ahogo, pero la botella con la carta siguió a flote, esperando que algún alma desolada la encuentre y con ella la única esperanza del capitán de cumplir su último deseo.

La Impunidad de los Dichosos

Adrián y Valentina Feliche, son una feliz parejita de recién casados que hace poco se mudaron a las colinas de San Ignacio. Ellos se quieren con pasión y lo demuestran en cada momento, en cada instante su mirada se refleja en la del otro mas cristalinamente que el mas limpio de los espejos un día de verano. Su vida trascurre tranquila en su casita, por la mañana los dos se van a sus trabajos en el centro del pueblo. El es cajero del banco nacional de ahorro, ella es abogada del jefe municipal y tiene su oficina a dos cuadras del banco. Nada en su vida inmuta su amor y es por eso que se mudaron a ese pueblito, para alejarse de la gente de las grandes ciudades y estar más juntos sin importar el futuro monetario, ya que planean en uno o dos años tener descendencia.
Pero algo se entromete en su prefecta vida, algo siniestro, algo repulsivo, algo desagradable: una carta.
La carta les llegó un día de semana por la tarde, pero ellos, que después del trabajo habían salido a tomar un helado, la leyeron por la noche. Después de leerla quedaron atónitos, asustados, estupefactos por el contenido de la carta. Inmediatamente llamaron a la policía del pueblo.
Los oficiales llegaron una media hora mas tarde aduciendo que mucha mas gente también había recibido otras carta. Los policías examinaron la carta y dijeron que eran del mismo sujeto que las otras. Valentina pregunto de quien provenían, a lo que el oficial dudando afirmó que eran del viejo Omar, un ermitaño loco que vivía colinas arriba.
Este viejo era un tipo desagradable, sucio, abandonado, su casa tenia una cerca vieja y despintada, sus perros merodeaban por ahí sin sentido. Nadie conocía su historia, pero a nadie le importaba, hace mucho que el pueblo quería deshacerse del viejo y esta era su oportunidad.
Un rato mas tarde los policías se reunieron en la plaza junto a la gente que había recibido las cartas, juntos decidieron ir todos como una turba a la casa del viejo a demandar que no mande mas cartas: pero Adrián y Valentina fueron mas allá, les pidieron que les exijan al viejo que se vaya y que busque otro pueblo, ya que aquí no podrían tener a su hijo mientras ese miserable no este lejos.
La gente asintió y todos juntos, con las cartas recibidas en la mano, fueron caminando colinas arriba hacia la casa del viejo.
La gente llego al exterior de esa casa erosionada por el paso del tiempo. Todos comenzaron a gritar para que el viejo Omar salga. El jefe de policía hizo que la gente se calle para comenzar a hablar el, y con solo su voz surcando la calle, le ordeno a Omar que salga y que se declare culpable por las cartas y que su condena sea el exilio del pueblo. Grito una y otra vez, pero nadie salía de la casa.
Pasado unos minutos la gente se miraba esperando ansiosa que termine esta pesadilla para irse a su casa a seguir viviendo su vida feliz. En eso Valentina Feliche miró al jefe y le exigió que entre en la casa, que ellos (en referencia al pueblo) le pagaban un buen sueldo.
El jefe puso mala cara, pero abrió el baúl del patrullero y tomó su escopeta, luego miró hacia delante, pateo la puerta que ya de por si estaba abierta y entró en la casa del viejo.
El viejo, sin darse cuenta que pasaba, escribía mas cartas sobre su escritorio de madera tan vetusto como el. El jefe se le acerco y lo amenazó, le dijo que tenía que dejar de mandarle a la gente esas cartas desagradables. Pero el viejo seguía escribiendo otra carta tan lentamente como el movimiento de las agujas del reloj se mueven esperando algo que nunca va a suceder. El jefe insistió varias veces y luego se cansó y apuntó su escopeta contra el viejo, pero este seguí escribiendo la carta.
Justo en ese momento Valentina y Adrián pasaban asustados por el portón frontal de la casa del viejo accediendo a donde estaba el jefe apuntando su escopeta a la cabeza del solitario hombre. Ella miro la situación y una gota de sudor paso por su cabeza al desear que el jefe le disparara al viejo. Pero luego pensó en su hijo, en su amor por su marido, en su futuro y mas allá de todo eso, le dijo al jefe que lo mate. Valentina se dio vuelta mientras el jefe le disparaba al viejo.
Adrián sin importarle lo sucedido salió de la casa y les dijo al pueblo que el asunto estaba terminado, que ya nadie iba a recibir esas obscenas cartas que mandaba el viejo. La gente levanto sus manos con algarabía y festejando volvieron a la plaza del pueblo.
Valentina salio junto al jefe y le dijo a este que se ocupe de quemar la casa y que mas adelante hablaría con el alcalde (su jefe) para construir sobre los escombros un jardín para los chicos.
El jefe asentó y Valentina sonrió, luego se acerco a Adrián, tomo su mano y juntos se fueron caminando con la misma paz con la que juntos se dormían día tras día.
El jefe juntó a sus hombre, todos entraron a la casa donde yacía el cuerpo del viejo y  llenaron la casa de combustible. Pero se olvidaron de una parte, una pared en la que se veían unas cuantas cartas colgadas en las cuales extrañamente se podía leer lo mismo.
Unos minutos mas tarde la casa ardía en llamas, los hombres miraban entretenidos el fuego de la casa ardiente, como un espectáculo de luces, como si fueran niños.
La casa se derruía, pero un viento fugaz hizo desprender una de las cartas del viejo Omar. Esta se fue de la casa y floto en el aire unos cincuenta metros, allí frente a la mirada de nadie, cayó sobre el asfalto y se poso sobre el camino dejándose leer por última vez.

La carta solo decía: “Hola”

La Mancha Negra

Leo alguna vez fue una persona y como tal, alguna vez tuvo sueños y proyectos, por ello después de terminar la secundaria se dedicó a estudiar cine y televisión en la uba, esa fue una época dura como todas las de su vida, sobre todo la del cbc, pero después de mucho transitar, logro superar infinitud de obstáculos y con sangre, sudor y lastima llegó a recibirse, sin embargo, como todos, Leo tiene un punto débil una mancha negra obscura de su personalidad que solo pocas personas saben y que ahora se va a rebelar en esta crónica de un suceso en la carrera de este ser superior en cosas inferiores e inferior en cosas superiores.
Esta mancha sucedió allá por el 2003, Leo estaba cursando una materia donde hacia grupo con tres chicas (esta es la única forma de que este sujeto este con tres chicas, al menos sin pagar) y en una filmacion se tenia que quedar una noche en una casa casi a solas con las tres. Cualquiera que estuviese afuera de esta situación pensaría que ese día a Leo se le daba, pero nada mas lejano a la realidad.
Junto a Leo en ese grupo se encontraban Daiana, que era una chica sociable, la cual tenia bastante sentido del humor y se tomaba las cosas mas tranquilamente, aunque siempre Leo sentía que algún día iba a explotar y si eso ocurría seguramente lo mandaba a la mierda, por suerte, eso nunca paso, aunque siempre le quedó la sensación de que algunas veces esa situación estuvo muy cerca de suceder. También se encontraba Florencia que era una persona muy exigente en el trabajo y en las relaciones sociales, poco comunicativa y en algunos momentos irritable por cosas ínfimas, pero después, cuando el enojo se le pasaba se convertía en una persona dulce. Y la ultima de las chicas era Maria, una persona diferente por donde se lo mire, siempre contenta, siempre feliz, alegrando a los demás y bancandose sus angustias sola, impredecible y sincera a la vez, siempre tratando de ayudar a los demás y poniéndole la mejor onda hasta en los peores momentos.
Tres mujeres hermosas junto a un ser inmundo, el hecho que Leo este allí ya era un milagro, pero él era un profesional y tenia que hacer un trabajo, su trabajo y en su cabeza solamente deberían estar sus deberes.
La primer jornada de laburo fue ardua y al día siguiente tenían que seguir con mas tomas, a Leo no le quedaba otra que quedarse a dormir en casa ajena, cosa que le molestaba mucho porque él solo podía dormir en su cama, su único bastión de seguridad en la vida, un bunker donde podía descansar y recobrar energías: por ello en otros lugares nunca dormía bien y mucho menos si en su morada ajena no estaba solo…
Eran como las doce, Daiana se preparaban para dormir, Florencia pensaba en las tomas de mañana y Maria se vestía con su pijama de seda y preparaba su cama junto a la de su abuela que miraba a Leo con miedo y sospecha.
Minutos después de que Maria se termine de cambiar, la abuela le dijo a nuestro personaje principal masculino que se quede a dormir en el comedor, en un sillón que se ubicaba allí, donde se acostaría solo, con frió y sin sueño, lo cual a Leo no le molestaba porque ya estaba acostumbrado a esas situaciones. Pero un intruso aplaco los planes de la abuela para mantener a Leo lejos de las chicas, un intruso feo y chico, pero grande, silencioso pero molesto, un insecto que ni yo me atrevo a nombrar por lo feo que era (la cucaracha, no Leo, que también es feo, pero no es negro ni chiquito)
Leo era fóbico con respecto a estos insectos, y mucha gente también era fóbica, pero con respecto a Leo, y cada vez que veía uno se entumecía y se rajaba donde hubiese luz, pero nada mas, ahora, si tenia que dormir en un lugar donde había uno de estos bichos asquerosos en la misma habitación que él, algo mas fuerte que su voluntad impedía que este se anime siquiera a adentrarse en las terribles paredes que componían esa celda en donde no estaría completamente solo.
Luego de ver al bicho, Leo se rajo y ayudo a Florencia a preparar las tomas del día de mañana, mientras en la cocina Maria tomaba el raid y rociaba su contenido por el comedor donde supuestamente debería dormir Leo, pero el bicho nunca apareció, ni vivo ni muerto.
Inmediatamente, Leo se negó a dormir en el comedor hasta no ver el cadáver y entonces decidió irse a dormir en la habitación donde se acostarían a descansar Daiana y Florencia, algo que a la abuela no le gusto ni un poco y obviamente a las chicas tampoco, ahora ellas se sentirían como Leo, teniendo que dormir con un bicho feo cerca de ellas, pero lo aceptaron porque estaban muy exhaustas y querían irse a descansar lo mas rápido posible.
Leo tiro el colchón cerca de la cama donde dormirían Florencia y Daiana, luego arrojo unas sabanas sobre el colchón y para estar seguro de que al despertarse no iba a encontrar ninguna sorpresa, se llevo consigo el raid, que esa noche iba a ser como su novia, el cual sujeto con sus manos muy fuertemente. Florencia se acostó y se durmió enseguida, algo que todavía Leo se pregunta como es que hace, Daiana también se acostó pero por algunas deducciones se cree que no durmió tan bien como su compañera de cama. Luego se apagaron las luces y Leo se tiro sobre su improvisada cama junto a su osito de peluche con forma de raid y olor a raid.
La noche pasaba como pasa la comida por la garganta cuando tenes angina: lenta y dolorosamente, y Leo no lograba conciliar el sueño pensando en su fobia, en su presente, en todas las cosas que lo hacían sentir mal, en su futuro y en el mismo, por eso daba vueltas una y otra ves tratando, al menos en sus sueños, de encontrar la clave que lo haga encaminarse en una vida que hasta ese momento no lo tenia.
Seguramente los ruidos que hacia Leo al revolcarse solo, harían pensar mal a cualquiera con la cabeza podrida que estuviese afuera de la habitación y ponga su oreja en la puerta, por que en su visión mediática de la realidad nunca pensaría que esos sonidos tenues pero sospechosos solamente eran los impulsos al miedo que lo apesadumbraba en sus sueños.
Ninguna de las chicas entendía como un chico tan grande, universitario, con toda una vida llena de experiencias malas y peores en su haber, se cague las patas por un simple insecto inofensivo. Por ello, Maria, que era la mas desconfiada, creía que Leo actuaba todo eso para estar en la habitación de las chicas y aprovechar la situación, pero nada mas lejos de la realidad…
El amanecer asomo, y Leo poco durmió, Florencia se despertó sin darse cuenta lo que paso, Daiana, mas enojada pero ocultándolo, se rió de la situación y se levantó, después Maria apareció, todo se calmo, pero el bicho muerto nunca apareció.
Las cargadas y las burlas no se hicieron esperar, lo que quedaba de la hombría de Leo desapareció para siempre ante esas tres mujeres que lo veían. Leo nunca más fue el mismo, humillado por rebelar sus miedos, no le pasaba otro pensamiento en su deteriorada cabeza que el presagio de que su vida futura estaba condenada.
La filmacion terminó y por suerte todo salió bien, finalmente Leo volvió a su casa y ese día durmió mejor (unas 6 horas). Por otro lado, las chicas se fueron agotadas a sus respectivas casas con un trabajo hecho y una anécdota más que contarles a sus nietos.
Luego de terminar el trabajo y terminar la materia, pasaron muchos años en los cuales el grupo se fue disipando poco a poco, como todos los grupos: Maria se fue atrasando en la carrera y poco tiempo después nadie supo nada de ella; Daiana siguió con la carrera pero más lentamente, igual como ella siempre hace mil cosas a la vez, eso no le preocupaba tanto (al menos eso es lo que parece); Florencia fue la primera que se recibió y en poco tiempo después encontró laburo de lo que había estudiado, se ve que el hecho de preparar las escenas y dormir bien le hicieron mejorar en su vida.
La vida pasó para todos menos para Leo, por eso seis años después de esa fatídica noche, le ocurrió el mismo incidente con el mismo resultado, aunque esta vez estaba en su casa, en la cual debió enfrentar nuevamente a la mancha negra, aunque ahora él estaba más solo, más viejo y más triste que antes.
Leo nunca podrá superar sus fobias, nunca podrá detenerse y mirar al frente, nunca podrá volver atrás y remendar sus errores, solo le queda rendirse ante sus miedos, para que ellos se apoderen de él y le quiten lo poco de esperanza que le queda para que todo termine quedando en el recuerdo, esos recuerdos que nunca se olvidan, sobre todo si cada vez que ves para atrás un millar de bichos inmundos caminan sobre el.

Los Fantasmas de la Calle Vera

Año 2099, buenos aires, la ciudad esta igual que hace cien años, el tataranieto de Ibarra la gobierna y prometió que en el 2112 la línea Z de subte que va desde casa rosada hasta el riachuelo se iba a terminar. Como siempre las calles están hechas de malhechores que se dirigen a sus trabajos y de malhechores que se la pasan afanando a los anteriores.
En un edificio de la calle Vera la gente esta reportando sucesos extraños, la gente dice que es un fantasma, uno muy malo. Ante este suceso y como en un mes hay elecciones Ibarra llama a los cazafantasmas, una elite de súper soldados que como ya mataron tantas personas en la vida ahora se jubilaron y solo se dedican a matar fantasmas. Entre sus miembros figuran:
- Pablito Sisso, alias rata: experto en relaciones humanas y en computadoras, además maneja el eructo 1, le gusta enfiestarse con sus amigas, correr carreritas en las avenidas más transitadas y manguear a sus amigos para gastarse la plata en algo innecesario.
- Diego Noche, alias pantera: experto en atrapar fantasmas y burlase de ellos hasta que quieran desaparecer solos, es el carismático del grupo, además es exhibicionista y suele concurrir a cabaret y prostíbulos que quedaron del siglo pasado.
- Verónica Latro, alias Veneno: seductora por naturaleza, atrae a los fantasmas, los confunde y los hace sentir miserables, le gusta hacer el amor con Sisso mientras caza a los fantasmas y ver televisión a altas horas de la noche, además usa el arma especial de la incomunicación, que dispara rayos a los fantasmas a los que vuelve loco repitiéndoles una y otra vez en su cabeza: “Yo te llamo”
- Eliana Liana, alias arpía: es la mas sociable del grupo y usa sus habilidades como espía haciéndose pasar por amiga de todo el mundo, de esta forma averigua donde estas los fantasmas, le gusta ir al casino para ganar guita para gastársela toda en el Golden.
Estos héroes salvaran a la tierra y se llenaran de dinero y con este dinero soltaran más fantasmas para ganar aun más dinero, estos héroes son lo que la humanidad necesita, unos garcas bárbaros. Sus enemigos, los fantasmas son seres que murieron y no lo saben, son marginados por todo el mundo y para ellos es normal, les gusta estar solos y jugar a los videojuegos, son malvados, asquerosos y por sobre todo antisociales, por eso deben morir después de hacerlos sufrir 50 años haciéndolos ver “Verano del 98”.
Dos horas mas tarde, en el cuartel general de los cazafantasmas el equipo ve el documental: ¿cómo atrapar fantasmas? en Discovery Channel y justo cuando estaban por mostrar a la única fantasma mujer, Pablito recibe una llamada urgente de una de las señoras que vive en el edificio que le dice que hay ruidos molestos que provienen del piso de arriba donde no vive nadie, que por favor vengan rápido que aunque no le hacen nada, odia a los asquerosos fantasmas. Los héroes se dirigen rápidamente hacia la calle Vera, por suerte Pablito le había puesto nafta súper al eructo así mientras se dirigen al lugar puede correr unas picaditas con sus amigos.
Era un piso séptimo el de la señora, así los héroes se dirigieron, por que son muy astutos, al piso superior donde rompieron la puerta y entraron en la habitación. Era la habitación de un boludo, estaba llena de polvo porque no entraba luz hacia décadas, los cazafantasmas lo reconocieron era el fantasma Leo K, que en ese momento estaba martillando boludeces en la pared. Los paladines de la injusticia tiraron su red atrapa fantasmas y atraparon a Leo K, lo llevaron al calabozo y las mujeres del grupo lo torturaron brutalmente haciéndole creer al pobre fantasma que tenia posibilidades de salir con una (o las dos) de ellas. Pero la tortura no detuvo a Leo K que ya estaba acostumbrado a que lo ilusionen al pedo, lo que hizo que puede seguir estando muerto. Leo K tenia que escapar de allí, el lugar no tenia enchufe para conectar la playstation 25 y tenia que hacerlo rápido porque mucho trabajo y pocos juegos hacen que Leo K se puede volver violento consigo mismo. Una vez que las minas se fueron porque hacia 2 horas que no tenían relaciones con alguien, Leo K observo que la cerradura de la celda era muy vieja, así que como vio en un capitulo de Macgiver, utilizo un chicle como explosivo plástico y un pedazo de tela que saco de una manga de su remera como detonador, prendió la tela con un Zippo que se había comprado en el colectivo hace cien años, que si bien no tenia bencina la chispa y el alcohol que roció sobre la tela crearon el fuego que llego al explosivo y abrió la celda. Leo K sabia que Macgyver algún día iba a servir para algo. Así que nuestro fantasma era libre de nuevo para encerrarse con su playstation en su apreciado departamento de la calle Vera.
Al enterarse de lo sucedido Pablito Sisso, ídolo de los niños, amado por las mujeres, envidiado por los hombres y boludos, recurrió a Ibarra para pedirle autorización para usar el desintegrador de materia, claro, era ilegal, pero por una suma módica de dinero el jefe de gobierno se hizo el boludo. Unos instantes después Pablo reunió a su grupo, se suben al eructo, juegan unas picaditas en Udaondo y como un auto les ganaba, Pablito decidió probar el desintegrador con el auto que iba adelante y así ganar la carrera. Así que el ídolo de los argentinos gana la carrera y se dirige inmediatamente hacia la calle Vera sabiendo que Leo K iba a estar allí. Pablo estaciona el eructo y baja con el desintegrador en la mano, le dice a diego noche de que se quede en el auto entreteniendo a las minas, ya que en cinco minutos iba a regresar y luego iban a ir a la fiesta del congreso, solo para personas sexualmente activas. Pero Pablito no sabía que Leo K le preparaba una sorpresa, era un espejo de grandes dimensiones que habían dejado los tipos del cuarto cuando se mudaron hace 45 años. Pablito entro en la casa abandonada y vio el espejo reluciente, apunto, disparo y rompió el espejo en mil pedazos, pero Leo K había puesto un ventilador con motor Hc 50 detrás del espejo y los pedazos del mismo fueron a parar a la humanidad de Pablito. Ya con Pablo muerto Leo K se dedico a afanarle las pertenencias para cambiarlas por juegos en el parque, pero una de esas pertenencias era el comunicador, que se encendió cuando Leo K lo tomo en sus manos. Era Diego Noche preguntando cuanto le faltaba porque ya tenía ganas de enfiestarse, Leo K dejo sonando el comunicador y se asusto porque pensó que iban a venir por él. Pero los vicios de sus enemigos son más fuertes y además Diego Noche siempre quiso conducir el mismo el eructo, así que los tres miembros restantes de los cazafantasmas se fueron a la fiesta del congreso. Leo K se asomo por la ventana y vio al auto irse para siempre, por fin lo iban a dejar tranquilo.
La batalla esta ganada pero la guerra continua, una guerra que ya sabemos como va a terminar, con Ibarra reelecto, con Diego Noche, Verónica Latro y Eliana Liana en su fiestita y con Leo K jugando al playstation hasta que le corten la luz.

FIN


Leo K corporation                                                                             Diciembre 1999