Bitácora
del capitán del barco hundido
Día
170
(Aclaración
antes de leer: Viva la democracia)
Después
de dos días, volvió la luz, paradójicamente ahora tengo que ir al
cuarto oscuro a votar porque es obligatorio salvo para chicos de 16 a
17 años y personas de mas de 70. Me encanta ir a votar, pero nunca
una obligación puede ser un derecho, o es una cosa o es otra. Y ahí
esta la trampa de esta democracia, el manejo de los números al
antojo del poder de turno para crear un clima de gobernabilidad para
que la sociedad no le rompa las pelotas, por eso y después de la
crisis del 2001 hicieron una pequeño cambio para usar los números a
su conveniencia, este truquillo que muy pocos se percatan y que a
menos les importa, consiste en sacar los votos en blanco y ponerlos
como anulados sin que se den sus porcentajes. O sea, ir a votar,
comerse la cola, entrar y ver el empapelamiento de boletas del aula,
buscar milagrosamente alguna que te guste, no elegir ninguna, cerrar
el sobre, poner el gancho y volverte a tu casa, es lo mismo que no ir
a votar o incluso meter una foto de Zulma Lovato en pelotas dentro de
la urna. Esto hace que el numero total del porcentaje caiga y por lo
tanto que todos los porcentajes suban. Si bien parece una boludes, no
lo es y menos en elecciones muy parejas.
Si
a un persona no le gusta ninguno de los candidatos porque en sus
interminables spots no lo convenció, igual tiene que elegir a uno de
ellos, o sea, tenes que ser si o si positivo, tenes que tener si o si
una ideología dominante, no la tuya, sino una de las que haya que
elegir si o si, si no, no existís, al menos en los recuentos
oficiales.
Si
bien podría enumerar un montón de errores que tiene nuestro sistema
de votación como el no tener boletas troqueladas para facilitar el
corte, o el hecho que no haya boleta única, lo peor de todo es que
el hecho de votar valoriza lo que en la sociedad se llama la mayoría,
y es que la mayoría pasan a ser todos, pasa a ser el pueblo y en la
votación se convalida eso, aunque mas que un error de la votación
en si, yo considero a esto un error de la sociedad.
La
mayoría es la que gobierna y el resto se jode, por mas que sea la
primer minoría, es la mayoría y se tiene que hacer lo que digan
ellos. Si la mayoría es todo el pueblo, el consenso y el respeto por
el otro no existe y por mas democracia que haya, esto no va a cambiar
nunca sino se educa a la gente. Educar no es decirle a alguien donde
queda la capital de Mongolia o como se suman palitos, es enseñar
valores y que estos a pesar de no dar éxito social, son mas
importante que el éxito mismo. Algo así como el Menottismo sobre el
Bilardismo para futboleros.
Ahora
analicemos a los candidatos de las próximas elecciones:
El
motonauta: heredero de la abogada exitosa y de su legado, intentara
hacer equilibrio entre su pasado menemista y su compromiso con la
Campora. Por esto, estos últimos están pensando un plan que
consiste en injertarle la mano de Nestor para que al menos haya algún K en la cúspide del poder.
El
cartonero de Boca: otro menemista que nació en cuna de oro y que
hará muchos negocios si es presidente y hará un poquito menos de
negocios sino lo es. Su misión si es elegido será llevar el
metrobus y la bicisenda de punta a punta del país, no sin antes
comprar acciones de las empresas a las que les va a dar la concesión.
Un
tigre del norte: alguien se acuerda que este tipo era el mas
obsecuente de la presidenta cuando era su jefe de gabinete. Uno de
los spots de este candidato me hizo acordar al peor de los
presidentes democráticos de la historia, ese en el que se lo ve
junto a un montón de soldados. Si es presidente le va a pegar una
patada en el culo a los de la Campora y va a poner en su lugar a la
hinchada de Tigre.
Margarita:
la única mujer y la única representante del alicaído socialismo.
La heredera de Binner en estas elecciones no se junto con otros
engendros políticos y se corto sola. Tiene menos posibilidades que
Congo de ganar el próximo mundial de fútbol.
Del
caño: no me gusta mucho la izquierda, pero me agrada que haya
izquierda, este salio de la nada y con su discurso para los
“trabajadores, las mujeres y los jóvenes” (lo repite todo el
tiempo y en ese orden) puede dar un batacazo. Este es el único
hombre de estos candidatos que no es, fue o será menemista.
El
Adolfo: simplemente un payaso. San Luis será hermoso, pero no es ni
la mitad de conflictivo que algún barrio del conurbano bonaerense.
Mencion
especial para la morsa Aníbal: con su idea de deslegalizar el
consumo de drogas, las van a terminar vendiendo en los kioskos en
hermosos paquetes con su cara... uh, momento, ya se venden drogas en
los kioskos. A este le tengo mucho miedo y miedo en serio, aunque con
su impresionante verborragia te justifica todo, incluso el casting
del próximo Batman interpretado por Ben affleck.
Y
por ultimo, lo mas importante, se votan diputados.
Bueno,
a votar se ha dicho, no se a quien voy a votar, no me gusta ninguno
pero no puedo votar en blanco, eso si, tengo que llevar tijera y
también el documento.