Bitácora
del capitán del barco hundido
Día
365
Hubo
una época en la que me sentía una persona normal, tenia mis días
buenos y mis días malos, tenia enojos y pasiones, tenia orgullo y
miedo a la vez, en fin, tenia amor. Pero lamentablemente esa época
se me terminó hace exactamente un año y luego de este maravilloso
periodo, volvió el vacío eterno, el abismo.
Ella
sacó lo mejor de mi, me demostró que podía ser una persona
ordinaria, que podía ser querido y que también podía querer. Pero
por diversos motivos que no voy a mencionar acá porque no los se
fehacientemente, este sentimiento que duro mas de 3 años, se terminó
de golpe. Todo paso tan rápido como lo que tarda una bala en salir
del revolver y atravesar el corazón de su victima.
La
implosión empezó aquel 12 de mayo por la madrugada cuando no pegué
un ojo en toda la noche tratando de entender toda la situación
mientras hacia como podía el duelo. Pasaron 3 días en los que habré
dormido solamente unas pocas horas y luego de esas jornadas llenas de
fuego en mi cabeza logre tranquilizarme un poco gracias a mi querida
y casi abandonada Playstation. Así y todo, la nostalgia poligonal no
podía aminorar el dolor insoportable que me llevaba a hacerme
sollozar por cualquier cosa que la recordara. Incluso extrañaba las
lagrimas por alguna de sus mascotas que habían pasado a mejor vida,
mientras especulaba en que seguramente había llorado mas por ellas
que por mi.
Y
así pasaban los días como si tuviera un agujero en mi pecho que
solo se podía llenar con mas dolor. Mientras tanto, trataba de
olvidarla y pasar pagina pensando en una vida nueva, pero ya no podía
porque no le encontraba el sentido a nada.
Todo
empeoró cuando en el Facebook vi una foto de ella alegremente
festejando con sus amigas y a solo menos de una semana de sacarme de
encima. Mi cabeza explotó de rabia y amargura, pero lo que quedaba
de mi alma simplemente no lo comprendía.
Paso
un mes al que pude sobrevivir como Tom Hanks en "Naufrago"
gracias a mis fallidas interacciones con el sexo femenino que me
desviaron la indignación que sentía hacia la dirección de las
locas desconocidas. Hasta que una tarde la indignación volvió a su
curso normal cuando descubrí que ella me había borrado del
Facebook, y no solo a mi, también a mi familia y a mis amigos. Acá
es donde entró a la cancha el cerebro y ahí empecé a indagar por
todas las paginas de la red buscando algo que ni siquiera ninguno de
mis contactos tenia que ver, porque seguramente era algo de lo que yo
no me tenia que enterar nunca. Y lo hizo muy bien porque no pude
averiguar nada, salvo algún que otro viaje de militancia a las
tierras tecnológicas de la falacia. Simplemente una foto y un
comentario desagradable que me noquearon y que me hicieron decidir no
indagar mas.
En
retrospectiva, digamos que las excusas que me dio para dejarme fueron
convincentes, pero a mi no me convencían, no me cerraban para nada,
cosa que alcance a decirle en algún momento final y ahí fue cuando
me dijo la odiada frase que nunca voy a olvidar: “No te lo puedo
decir”. O sea que tenia que sacar mis propias conclusiones: ¿Había
otro tipo? ¿Ya no me quería mas? ¿Tenia una nueva ideología
política con la cual yo no comulgaba para nada? ¿Estaba
influenciada por las amigas?. Ahora ya un año después y con mucha
acumulación de imaginación encima, solo puedo decir que
probablemente hayan sido todas.
No
me molesta tanto que me manden a la mierda sino me quieren mas, es
logico. Lo que me enoja es que no me digan como son las cosas en
persona, mas después de 3 años de relación.
Estoy
seguro de que ella no se acuerda de este día porque ya me olvido.
Que ahora esta pasándola bien con su nuevo amor o rodeada de amigas
viviendo la vida que siempre quiso. Solo espero que haya encontrado
alguien que la quiera tanto como la quise yo, con sus virtudes y
defectos; que se haya rodeado de buenas personas y que se aleje de
las arpías que la rodean, aunque siempre me va a quedar la duda de
si ser como esas arpías no es su meta en la vida, lo cual seria una
lastima porque yo había conocido a una gran persona, y a esa gran
persona, la compañera, la cariñosa, la leal, la alegre, es a la que
sigo extrañando todos los días.
En
fin, y así fueron pasando los meses: me robaron, me humillaron, me
sentí en el borde mismo de las fauces del infierno, perdí las
esperanzas en la humanidad, me puse a escribir este blog y muy de a
poquito fui desapareciendo del mundo, volviendo a ser ese triste ser
amargado y débil que fui toda mi vida antes de llegar a conocerla.
